sábado, 28 de marzo de 2009

EN EL METRO: SALIR ANTES DE ENTRAR

Si, desde pequeño mis padres me lo han repetido sin cesar: “Pablo, deja salir a la señora”, “Pablo, no entres hasta que salgan los que están dentro”. Siempre creí que todos los padres lo hacían, que había una especie de código internacional de buenos modales por el cual uno no puede entrar en ningún lugar cerrado hasta que salgan los que tienen intención de hacerlo, y eso incluía el metro.

Pero no, una vez más me equivocaba. Os pongo en situación: 8 de la mañana, línea 10 de metro, vamos todos como si fuésemos piezas del lego, encajando una pierna por aquí y una oreja por allá. Se para el metro en Nuevos Ministerios y dudas si será mejor estar allí o ir andando, y descalzo, al trabajo. Intentas salir, tienes que cambiar de línea como sea, pero no. Los que están delante de la puerta no se apartan, se aferran al vagón como si se les fuese la vida en ello. Y los de fuera entran todos en plan muralla: ¡señores, dejen salir y cabrán más, por ahora no soy capaz de atravesar masas corpóreas! Es simple y sencillo.
¡No soporto a la gente que es tan dura de mollera!

1 comentario:

  1. Buah lo de la gente es increible... ya no respetan una regla tan básica como esa, y es que parece que pillar un sitio te va a sacar de la crisis... pero bueno si nos vamos un poco más atrás es peor.

    Anda que no hay veces que tu te pones en primera fila al lado del andén porque acabas de perder el tren y tras 5 minutos esperando, se ponen delante tuyo, pisando la linea amarilla! como si fueran a sacar un capote y ponerse a torear al tren... pos nada hijos a ver si un día de estos os pilla... no hay para nada educación!

    Luisma

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